CINCO MINUTOS
Buenos días estimados hermanos/as, bendiciones en el nombre de Cristo
¿Qué sucedería si Cristo viniese en este preciso instante? Considere unos momentos lo que ocurrirá en los próximos cinco minutos… Cualquier cosa que usted esté haciendo, cualquier plan que tenga organizado para el resto del día, la semana, el mes, no tendrá lugar… jamás. Es posible que los seres queridos suyo, no los vuelva a ver nunca. Todos los esfuerzos por lograr o ver su sueño, cualquiera sea este, hecho realidad, serán inútiles, pues, no tiene más tiempo para disfrutarlo. No hay mañana ni pasado, sino sencillamente, la eternidad delante suyo. Después que los próximos cinco minutos hayan culminado, no comienzan otros cinco; no hay comienzo de nada, solo se trata de una constante sin fin.
Usted tiene en este preciso instante, una de dos alternativas, o escoger ignorar en los próximos cinco minutos su destino eterno, o tomar muy en serio la llamada de urgencia. Cada momento que deje pasar, puede ser el inicio de sus últimos cinco minutos de decisión que cambiará su destino eterno. Uno es, pasar el resto de la eternidad con los benditos de Dios; el otro, sufrir en los horrores de la condenación y perdición eterna, lejos de Dios.
En estos cinco minutos Dios le está dando a usted la oportunidad más preciosa que se le pueda dar a todo hombre o mujer, la de aceptar la oferta de la salvación eterna o, rechazarla por completo. Cinco minutos bien o mal invertidos. Al final de esta oración, solo le quedan dos minutos y el reloj sigue su conteo regresivo. ¿Está dispuesto a arriesgar la eternidad por unos minutos? Si hace una simple oración pidiendo perdón por sus pecados y someterse sinceramente al señorío de Cristo, Dios le garantiza la salvación en este preciso instante y por el resto de la eternidad. ¿No cree usted que vale la pena usar bien estos cinco minutos? Considérelo.
El Pastor